Creo que en México no sentimos el cambio de estaciones tan radical como en el noreste de Estados Unidos y lo que más me gusta de este cambio son las costumbres que vienen con él. El otoño en especial es hermoso, pues los árboles van cambiando gradualmente de color y las hojas cambian del verde, al amarillo, al naranja y al rojo. Y con el frío que comienza a sentirse solo quiero cocinar sopas y comerlas todo el día. Una sopa que es muy típica en esta temporada es la sopa de calabaza y en alguna ocasión ya había dado una receta muy parecida pero con camote, básicamente podemos hacerla con cualquiera de las dos verduras.
Para decorarla y darle un toque crujiente preparé unas pepitas con chile piquín y azúcar morena. Esta sopa se puede congelar perfectamente bien por 6 a 8 meses, solo que no hay que ponerle la crema espesa hasta el momento de servirla.